viernes, 18 de junio de 2010

Odio las hormonas

Bueno, creo que son las hormonas. O mi subconsciente.
Sea lo que sea, domina mi manera de ser, mis emociones, mide mis ganas de vivir y de sonreir, y me maneja a su antojo como si todo yo fuera una hoja perdida en el viento.
Sólo sé que ha vuelto a empezar. Ese ciclo autodestructivo de cuando debería ser feliz, esa sensación de frío. Frío causado por soledad, por frustración y por envidia. Volver a escuchar Nirvana no puede augurar nada bueno...

Lo odio. No tener un motivo. Podría estar triste, no me importaría, si al menos tuviera alguna razón mínimamente coherente para ello. Querría saber qué me pasa. Por qué, cuando lo tengo (casi) todo para ser feliz no lo soy. Por qué tengo esta tendencia a boicotear mi alegría.

No me gusta ser una carga para los demás. Realmente no me gusta, pero hay un sentimiento egoísta que me empuja a arrastrar a la gente conmigo. No sé si eso es ser una mala persona. Ya no sé nada.

Ojalá no pensara tanto, ojalá me limitara a encajar en alguna parte y sonreir. Quizá con una pizca de suerte... no sé.

Me bastaría solo eso, un motivo.
Una causa.
Porque sin ella, no tengo nada que arreglar, no tengo nada que combatir.
Y necesito un objetivo. A lo mejor esto de estar desocupado no me hace ningún bien...
En fin, se hará lo que se pueda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario