jueves, 6 de agosto de 2009

Era una tarde de mucho calor...

Era una tarde de mucho calor cuando pararon a descansar. Dejaron las bicicletas a un lado, un par de tragos de agua, y bajo las ramas de un sauce llorón comenzaron a soñar.

Era perfecto.

El uno confiaba en el otro, dormían juntos sabiendo que siempre podrían contar con su amistad, su apoyo, y fue el comienzo del fin. Al menos para uno de los dos.

Resultó que el otro no confiaba tanto en el uno, y al atardecer su sombra se perdió en el bosque.

Cuando su compañero despertó, se encontró con una bicicleta abandonada, un árbol sin hojas y un vacío en su interior. Había descubierto la cara del mundo que no conocía, o mejor dicho, la que esperaba no volver a encontrar.

La luna se apagó, las estrellas dejaron de titilar y el sueño murió. Nadie le indicó el camino de vuelta a casa, y se perdió por siempre en las divagaciones de lo que nunca llegó a ser su vida.

1 comentario:

  1. Al principio el camino a casa será difícil, pero cuando lo encuentres descubrirás que la luna no se apagó, que las estrellas no se fueron, que era solo una nube y que los sueños solo se fueron de paseo, pero que volverán.
    Me ha encantado esta entrada :)

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