domingo, 10 de enero de 2010

De todas las formas, colores y tamaños, evasión

Cuéntame una historia de hielo y fantasmas, de savia y lágrimas. De héroes derrotados y de hijas de la luna. De sombrereros locos y señoras verdes. De huargos que juegan ocho partidas ajedrez con leones. De razas increíbles y magia perdida. De dragones rojos y gatos negros. Cuéntame, hasta que las manecillas del reloj se mareen y el cuco se olvide de cantar, cuéntame como si fuera un secreto convertido en leyenda.

Cuéntame una historia inventada, que parezca real. De cómo hay mundos ocultos en las botas viejas y en el último cajón de la alacena, y de las gentes que nos miran como si fuéramos muñecos. Hazme una enciclopedia con los significados de un abrazo. Una historia de otro tiempo y otro lugar, en el que estemos tú y yo, pero sin ser los que están aquí sentados ahora mismo.

Háblame de los dos mundos, y de su fina conexión. Y también del tercero. Y de los que quedan por descubrir. Del sonido de un canto de sirena rasgando la calma del desierto, donde los camellos pastan en las verdes colinas heladas. De cómo suenan los maullidos de esas gaviotas que jamás llegarán a la costa y los gritos desesperados que siempre se susurran al oido.

Sé que puedes hacerlo. Sé que conoces el equilibrio para que la nieve y el vapor no se destruyan entre sí.

Déjame seguir el camino de baldosas de arcoiris, hacía un paraje de estrellas danzarinas y chismosas. Sumérgeme hasta lo más profundo de lo desconocido, y al llegar al fondo emergeré sabio por el otro lado.

Cuéntame esa historia que es un libro, que es un sueño, una canción, una sonrisa, un cuadro y ninguna de las anteriores.

Yo sólo quiero escuchar.

Mecerme en ese mar de palabras hasta que la corriente me lleve hasta esa isla en la que estamos todos. Allí donde todo brilla en dorado.

Ahora voy a cerrar los ojos...

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