jueves, 11 de junio de 2009

La silueta incógnita

El joven caminaba a grandes zancadas por aquel parque, esa fría noche de invierno. Detestaba el lugar, especialmente en esa época, cuando las deshojadas ramas despiadadas parecían querer arañar el cielo. Una bolsa de plástico se había enganchado en una de ellas. “Parece un fantasma”, pensó el joven.

Cuando ya había cruzado la mitad del parque, le pareció ver cómo una silueta se movía en la oscuridad. Intentó seguirla con la mirada, pero se desvaneció. Varias veces vio a la silueta, y todas ellas la perdió de nuevo. Aquella grácil sombra se burlaba de él. A veces estaba a su lado, a veces más lejos, a veces sencillamente no estaba.

De pronto se aproximó a él, pausadamente, dejándose ver. El chico advirtió que una esbelta figura femenina se ocultaba tras la capa, cuya capucha cayó al poco, mostrando su rostro. El pelo negro y lacio caía sobre sus hombros, como algas fuera del agua. Su piel grisácea parecía tener un brillo espectral a la luz de la luna. La mujer, o lo que fuera aquello, acercó sus labios azul violáceos a los suyos, en un inesperado y gélido beso. Él cerró los ojos.

No los volvería a abrir.


* * *

la inspiracion me ha ha abandonado, asi que voy tirando de relatos antiguos...

1 comentario:

  1. todos tenemos relatos de emergencia guardados para estos casos lo cual no significa ke no sean buenos o dignos de ser expuestos ;)

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