jueves, 6 de octubre de 2011

Run, fly, live!

Creíamos que nunca creceríamos. Creíamos que nunca nos haríamos viejos. Que los diecisiete años y 364 días durarían para siempre, que las fronteras quedaban mucho más lejanas. 
Pero aquí estamos, cada día un poco más cerca de la veintena, con un pasado que pasó sin darnos cuenta de que pasaba. Encontramos que las costumbres a las que nos creíamos aferrados, han mudado de manos, y en realidad estamos agarrados a recuerdos.
Se me ha escapado la vida.
Se nos escapó a los dos.
Si hubiera una (interminable) lista de experiencias que esperaba haber vivido antes el día de hoy, creo la proporción de las que se han cumplido sería irrisoria. Una vez más, por debajo de mis propias expectativas.
¿Qué se nos escapó? ¿Qué hicimos mal?
El gran error, el crimen imperdonable, fue dejar que pasara, aún siendo consciente de ello.
El tiempo se fue por el río Tíber (¿O Cíber?), aguas abajo, para no volver.
Y ahora no sé si soy Hierba, Unicornio, Alfil, o Mono Volador.
Quiero Más. Con mayúscula.
Quiero salir de este estado de anestesia permanente. Definitivamente, la ataraxia no es para mí. Así que hay que ponerse a ello.


Objetivos:
Más tiempo, más risas, más odio, más pasado, más lágrimas, más amor, más amistad, más agotamiento físico y mental, más momentos, más canciones, más textos, más amistad, más verdades, más conversaciones, más silencios, más tardes frías, más amaneceres, más mordiscos, más lucha, más agua, más química, más viento, más sorpresas, más personas, más sinsentidos, más pedacitos. Más más, en general.


La conclusión es: Don't dream it, be it.
Así que voy a correr para alcanzar al tiempo, que parece que se me ha adelantado.


Por y para Alicia, Bárbara, Bora-bora, McGonagall, los Cinco, Elphie, Shail, Jean-Baptiste, Mireille, los Bogles.




Por lo que nos debemos.

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