viernes, 25 de noviembre de 2011

Up-down, bottom-up

Como en una montaña rusa.

Un día me muero por vivir un poco más, me desgarro los límites de mi propio ser clamando por un poquito más de sentimiento, de emoción, de vibrante pulsión interna que me guíe hacia el frenesí que es vivir una vida rebosante de acción, drama y emoción.

Otro día sólo quiero apagarme, hacerme invisible a todo y a todos, volatilizarme, atenuar el sentir hasta niveles no detectables, ataraxia, simplemente vaciarme de todo vestigio de humanidad y ser sólo viento, ligero, invisible e imperturbable. Gélida serenidad.

Ahora más que nunca lo veo, y me pregunto si alguna vez lograré escapar de este ciclo. De esta repetición constante y periódica de estados de ánimo opuestos. Si maduraré y aprenderé a aceptar que la vida es más que una sensación nocturna en un ataque de insomnio. 
Lo veo todo tan absurdo, tan carente de sentido, que me pregunto si no estaré avergonzándome a mí mismo en un futuro ante tanta estupidez.
Aunque supongo que uno nunca se encuentra con lo que estaba buscando. 
Es lo maravilloso y lo aborrecible de esta vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario